La Historia del Café

Existen diferentes versiones sobre cómo se descubrió el café, pero te contaré la más conocida: la historia del café se remonta al siglo 13 d.C., en las planicies de Etiopía, en esa entonces parte del Imperio Musulmán. 

Según la leyenda, un pastor árabe de nombre Kaldi, observó que cada vez que sus cabras comían ciertos frutos rojos, la energía les cambiaba y no dormían por la noche. Fue tanta la curiosidad, que Kaldi decidió probarlos él mismo, y para su sorpresa, tuvo efectos similares a los de sus animales. 

Kaldi decidió compartir sus hallazgos con los monjes de un monasterio cercano, quienes prepararon una bebida con la cereza del cafeto y la comenzaron a utilizar frecuentemente para aguantar las largas jornadas de rezo. 

Claro, aún no era el café como lo conocemos hoy en día, pero se cree que fue la primera vez que se preparó una bebida con este fruto y no solo eso, sino que se consumió con fines de mejorar el rendimiento humano. 

 

La palabra "café" viene del árabe "kaweh" que significa fortaleza o vigor.

 

La bebida se empezó a expandir rápidamente por todo el territorio musulmán, inclusive se le  conocía como “el vino de Arabia”. Para el siglo 15, ya se cultivaba el cafeto en Yemen, y para el siglo 16 llegó a Egipto, Persia, Siria y Turquía. 

Los árabes no sólo impulsaron el café como una bebida, también provocaron un fenómeno social: “Las Casas del Café”. Estos lugares, los cuales podemos comparar con una cafetería en la actualidad, fueron lugares en donde la gente no solo se reunía para beber café, también para compartir conocimiento, jugar ajedrez u observar obras de teatro. Debido a que sólo reunía gente de cierto estrato socio-económico e intelectuales, también fueron conocidos como “escuelas del conocimiento”. 

La cultura del café como la conocemos hoy en día empezó su viaje por todo el mundo.  

 

EL VIEJO CONTIENTE

Viajeros europeos llevaron el café al viejo continente por ahí del siglo 17, sin embargo en un principio no fue tan bien recibida. El clero creía que esta bebida oscura era “la bebida de Satán” por lo que su consumo era muy polémico. Fue hasta que intervino el Papa Clemente VII, para probarlo él mismo y dar la “aprobación papal”, que con su consumo se generalizó.  La cultura del café se esparció por Europa y a mediados del siglo 17 ya había más de 300 “casas de café” en Londres.  

Al igual que los árabes, los europeos comenzaron los esfuerzos por domesticar esta planta. Los holandeses fueron los primeros en conseguir las semillas del cafeto y decidieron probar suerte en las Indias Orientales Neerlandesas. Fracasaron al sur de lo que hoy es India, sin embargo tuvieron éxito en Célebes, Java y Sumatra, hoy parte de Indonesia.

A medida que los europeos colonizaron territorios de diferentes continentes el café fue expandiéndose.

 

EL NUEVO MUNDO

Junto con los colonizadores europeos, sus costumbres llegaron a nuestro continente. El consumo del café llegó al “nuevo mundo” a mediados del siglo 17 a lo que anteriormente era Nueva Amsterdam, hoy Nueva York. 

Aunque el té era la bebida favorita de los colonizadores ingleses, un conflicto político entre el parlamento inglés y las 13 colonias, derivó de que los - ahora estadounidenses- decidieran dejar de consumir té. El café fue el sustituto perfecto, haciéndose la bebida más consumida en su época.

Años más tarde, y en una región mucho más al sur. Llegó la primera semilla del cafeto al continente. En las islas de Martinica, colonizadas por la monarquía francesa, un misionero llevó una semilla del mismo jardín del Rey Luis XIV. Se cree que de esta semilla salieron más de 18 millones de plantas que se sembraron en los siguientes 50 años en todo el continente. 
 
Durante el siglo 18, los colonizadores continuaron llevando el café a nuevos territorios. La industria del café tomó tal importancia que economías de países enteros se sostuvieron gracias a la comercialización del café.

 

MÉXICO

Y probablemente para este punto ya preguntabas... ¿Cuándo llegó el café a México? Estimado lector, esta historia te la contaré en otra ocasión.

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